Un incendio de gran magnitud afecta desde ayer el cerro Muñoz, en Tafí del Valle. El fuego avanza sin control en una zona agreste y de difícil acceso, entre La Ovejería y Las Carreras, en el paraje El Rodeo, y ya destruyó varias hectáreas de vegetación. Brigadistas, Defensa Civil, bomberos voluntarios y la Brigada Forestal Provincial trabajan sin descanso para controlar las llamas, mientras que el viento y la geografía del lugar complican las tareas.
Alfredo Violetto, presidente de la Asociación de Bomberos de Tafí del Valle, explicó que el fuego se encuentra en zonas muy peligrosas, con cañadones profundos donde no se puede descender. Los bomberos deben esperar a que las llamas suban para atacarlas desde arriba. Además, indicó que el viento sonda, aunque leve, podría intensificarse durante la tarde y hacer que el incendio se descontrole aún más. También señaló que las temperaturas actuales, de 15 a 16 grados, son inusuales para esta época del año y pueden favorecer la propagación del fuego.
El incendio se desarrolla a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar, lo que representa un gran esfuerzo físico para los bomberos. Violetto explicó que un bombero local puede rendir hasta siete horas en esas condiciones, pero alguien no acostumbrado apenas tres. Por la peligrosidad del terreno, no se pueden hacer cortafuegos, por lo que se trabaja con herramientas manuales como batefuegos y asadas. El humo también representa un riesgo importante de intoxicación para quienes combaten el fuego.
Hasta el momento no se registraron víctimas ni heridos entre los brigadistas, pero el daño ambiental es enorme. La zona afectada no es la misma que la del gran incendio del año pasado en la región del Negrito. El operativo cuenta con 21 bomberos y seis auxiliares baqueanos, que conocen bien el cerro, y con el apoyo de helicópteros provinciales que trasladan al personal para los relevos.
Violetto advirtió que este tipo de incendios se repite cada año y que, aunque sea algo habitual, no deja de ser preocupante. Insistió en la importancia de estar atentos a las condiciones climáticas, especialmente al viento, que puede empeorar la situación en cuestión de minutos.